Frida Kahlo (Magdalena Carmen Frida Kahlo)

Frida Kahlo fue una artista mexicana que expresó en la pintura las angustias de su existencia, signada por la enfermedad y la tragedia. La mayor parte de sus obras son retratos autobiográficos en los que acentuó los rasgos mestizos de su identidad mexicana, reivindicó la cultura precolombina y sus ideas nacionalistas revolucionarias. A través de símbolos particulares e imágenes de animales y plantas selváticas, plasmó el dolor físico y emocional que marcó su vida desde la niñez.

La pintura de Frida Kahlo fue absolutamente ingenua y personal, muy diferente a la de los muralistas de su tiempo. Si bien compartió los ideales de los grandes pintores del ambiente mexicano, creó una pintura metafórica y profunda. Llena de colores inspirados en el folklore del arte mexicano, reflejo de su extrema sensibilidad a causa de los acontecimientos que signaron su vida desde la niñez, su obra retrató principalmente naturalezas muertas.

Frida Kahlo nació el 6 de julio de 1907 en la localidad mexicana de Coyoacán. Era una de las cuatro hijas de una madre indígena y un padre judío húngaro, y nunca estuvo en sus planes convertirse en una artista.

Frida Kahlo: del dolor al arte

La vida de Frida Kahlo estuvo marcada por una estrecha relación con los médicos desde la niñez temprana, y más temprano aún: desde la gestación. En el vientre de su madre, Matilde Calderón, el embrión sufrió un defecto que se conoce como espina bífida, a causa de una falla en el cierre del tubo neural del cual se origina el sistema nervioso. Dicho cierre debiera suceder en la cuarta semana de gestación, de modo que si no sucediera se origina este padecimiento con las consecuentes secuelas que padeció Frida Kahlo (dolor y debilidad de las extremidades, dolor de espalda, curvatura de la columna).

Frida Kahlo padeció una malformación congénita en el vientre de su madre llamado espina bífida.

La lucha contra los problemas de salud, además de su herencia genética familiar, comenzó a la edad de seis años, cuando Frida Kahlo sufrió poliomielitis, enfermedad que se disemina a través del agua y de los alimentos contaminados. Si bien fue una sobreviviente a la infección del poliovirus, ésta le dejó profundas secuelas que la incapacitaron en su pierna derecha, y dejaron huellas profundas en su corazón (sus compañeritos le llamaban “pata de palo”). El adelgazamiento, parálisis y deformidad de la pierna de Frida Kahlo a tan corta edad atormentaron su existencia, modificando la forma de ver la vida y la imaginación de una niña tan pequeña.

Durante su larga convalescencia en la cama, Frida creó una amiga imaginaria con la que jugaba y dialogaba, situación que luego dio a conocer como su propio clon en “las dos Fridas”, el cuadro más emblemático de su personalidad.

El dolor físico influenció toda su obra, que también fue influenciada con la importante cultura médica que había adquirido tanto por el contacto con los servicios de salud, como por la lectura de libros de textos especializados en medicina. Su relación con los galenos trascendió los temas estrictamente médicos para convertirse en amistad, lo cual es evidenciado tanto en las pinturas que frecuentemente obsequió a sus médicos, como en las cartas de Frida Kahlo, que reflejan la familiaridad con el lenguaje técnico al igual que reflejan sus cuadros la anatomía del dolor.

Más que un accidente

Frida Kahlo aprendió a pintar en la edad en la que vivió un momento hostil de su vida: a los 18 años sufrió la fractura de la pelvis y de su columna vertebral a causa de un gravísimo accidente en un vehículo de transporte público . No sólo se vio imposibilitada de tener hijos, sino que la tragedia la sometió a más de 30 operaciones futuras en su vida. Sufrió múltiples fracturas en los pies y pierna derecha, además de la incrustación de una barra de metal en la pelvis atravesando su útero (cuyas posteriores reconstrucciones y reparaciones modificaron la anatomía de su aparato genital).

La suya fue una salud precaria que encontró una vía de escape en el arte durante una prolongada convalecencia, que la obligó a mantener prolongados períodos de inmovilidad. Tras el accidente, y durante el transcurso de los largos meses de recuperación en reposo absoluto, con un dolor tan punzante como intolerable, Frida Kahlo volcó en la pintura la dualidad entre la realidad y los sueños.

Sin poder moverse ni incorporarse siquiera después del accidente que sufriera en el autobús y que marcó su destino para siempre, le fabricaron una especie de caballete para que pudiera pintar en posición acostada. Con un espejo frente a la cama, Frida Kahlo fue su propio modelo iniciando una larguísima serie de autorretratos que compusieron el grueso de su obra artística.

Frida Kahlo solía afirmar que se autorretrataba porque pasaba mucho tiempo en cama y en soledad, además de ser el modelo que mejor conocía.

Su vocabulario comenzó a ser tan simbólico como sus cuadros, que representaban sus experiencias en forma metafórica. Si bien buscando las raíces de su país, muchos de sus retratos incluían niños indígenas inspirados en los tiempos anteriores a la conquista mexicana, las pinturas más destacadas y las que la convirtieron en una figura del siglo XX son las centradas en ella misma. La tragedia que fue su vida en encontró en la producción artística un instrumento para canalizar una realidad angustiosa y hostil.

La vestimenta de Frida Kahlo acentuaba sus rasgos mestizos entre trenzas, pendientes y collares precolombinos. Faldas largas mexicanas y moños con cintas de colores trenzados en su pelo pueden verse en muchos de sus autorretratos, que plasman su pensamiento e ideas nacionalistas y revolucionarias basadas en una firme convicción reivindicativa de la identidad mexicana.

Frida Kahlo y Diego Rivera: una tormentosa relación

A la edad de 22 años, en el año 1929, Frida Kahlo contrajo matrimonio con el muralista mexicano Diego Rivera. El pintor era 20 años mayor en edad, y con él sufrió infidelidades, la presión de ambas carreras profesionales, un divorcio, una segunda boda, la incapacidad para tener hijos, sus dolores físicos y problemas de salud, y sus historias amorosas lésbicas.

La compleja relación fue tan trágica como su accidente, según sus propios dichos. En su obra “El corazón”, Frida Kahlo tematiza la problemática y la desesperación que causó el enredo amoroso entre su hermana Cristina y Diego Rivera. La pintura refleja su impotencia (al pintarse con la ausencia de sus manos) y la desesperación al pintar a sus pies (yaciendo en tamaño desmesurado) su propio corazón arrancado literalmente, como un modo de expresar la intensidad de su dolor. La figura de la hermana la representa con un vestido pendiendo de un hilo, de cuyas mangas sale sólo un brazo que la enlaza, mientras un palo atraviesa el hueco que dejó en su cuerpo su propio corazón.

Tres años después de la boda, Frida Kahlo sufrió un aborto que provocó un hondo daño en su sensibilidad. Ello le inspiró dos de sus más valiosas obras: “Frida y el aborto” y “Henry Ford Hospital”, ambas de simbología tan compleja que fue explicada detalladamente por la misma pintora.

Durante toda su vida, Frida Kahlo creó dibujos, esbozos y pinturas relacionados con el dolor emocional y físico, sus experiencias de vida y la relación turbulenta con el pintor Diego Rivera. En la producción artística plasmó la complejidad de su mundo psicológico y una vida signada por la tragedia.

La obra artística de Frida Kahlo

De las aproximadamente 200 obras pintadas por Frida Kahlo, todas relacionadas con el dolor emocional y físico de sus experiencias de vida y su relación con Diego Rivera, 55 de las pinturas son autorretratos. Es muy difícil separar la vida de Frida Kahlo de la obra, ya que sus propios cuadros constituyen su propia biografía. Corsés, piquetes, agujas, imágenes de cordones umbilicales, arteriales, un doble cordón en su propio cuello, instrumentos terapéuticos (que eran su tortura) y otras descripciones anatómicas del cuerpo humano manifestados a través de los dibujos, son una constante en cada una de sus obras.

Algunas de sus pinturas más conocidas son:

  • Autorretrato con monos
  • Las dos Fridas
  • Henry Ford y el hospital
  • Frida y el aborto
  • Autorretrato como tehuana
  • Mi nana y yo
  • Lo que el agua me ha dado
  • Autorretrato
  • Retablo
  • El corazón
  • Arbol de la esperanza, mantente firme
  • Sin esperanza

La primer exposición artística

Con un estilo tan particular como lo era su propia personalidad, Frida asistió a su primer exposición en México a bordo de una ambulancia. Los médicos le habían prohibido levantarse de la cama, ya que su salud estaba cada vez más deteriorada. En la parte de atrás de un camión trajeron su cama, sobre la cual fue depositada en manos de cuatro hombres que la llevaron a la sala de los huéspedes que la aguardaban.

Muerte de Frida Kahlo

Frida Kahlo vivió en medio de una sociedad convulsionada política y socialmente. La adaptación a su parálisis relativa, su espina bífida y al dolor físico con el que convivía la logró gracias a la combinación, no sin creatividad, de su fe en la participación política y el comunismo, su hedonismo y pasión por la pintura. El arte fue un desafío con el que trató de combatir la enfermedad, pero también una forma de replegarse hacia su interior materializando la lucha entre la que se debatían la esperanza y la derrota, la felicidad y la desdicha. La pintura fue la huella de su identidad malherida.

Los períodos de inmovilidad eran cada vez más frecuentes a causa de las numerosas cirugías a las que fue sometida, y su tolerancia al dolor era cada vez menor, lo que generó una dependencia de los fármacos que derivaban de la morfina.

La última década de su vida, Frida Kahlo vio aumentado su malestar físico y deteriorada su salud física y mental, lo que la obligaba a pasar sus días en silla de ruedas.

Con depresión y pensamientos suicidas, desde el año 1951 prácticamente vivió Frida Kahlo confinada al uso de analgésicos y forzada a utilizar en forma permanente una silla de ruedas.

Frida y Diego eran militantes activos del Partido Comunista mexicano. En julio del año 1954 Frida Kahlo participó en una manifestación comunista haciendo la última de sus apariciones públicas. Al poco tiempo, el 13 de julio de 1954 y a la edad de 47, Frida Kahlo falleció como consecuencia de una embolia pulmonar. Cuando se la había consultado sobre su disposición funeraria pidió que cuando muera se creme su cuerpo, ya que había permanecido acostada mucho tiempo.
La artista más original y extraordinaria de México fue cremada al día siguiente de su muerte, convirtiéndose rápidamente en un ícono internacional.

En la Casa Azul que había compartido con Diego Rivera se exhibe una urna con sus cenizas. Al año de su muerte, el pintor obsequió la casa al gobierno de su país para convertirla en Museo, que aún hoy lleva el nombre de Frida Kahlo.

Sus cuadros están valuados muy por encima de cualquier artista femenina, y es recordada como una diva de la historia que caminaba cojeando por el barrio, se vestía con vestidos indígenas fastuosos, e invitaba a cenas festivas a los grandes de su tiempo como Pablo Neruda, León Trotsky, Nelson Rockefeller y el amor de su vida, Diego Rivera.

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