Pitágoras nació en la Isla de Samos en el 572 a.C. y falleció en Metaponto en el 497 a.C. Fue un prestigioso poeta de la cumbre griega cuyos razonamientos le han pervivido.
Entre sus descubrimientos más relevantes para el pensamiento se destaca el Teorema de Pitágoras.
Amante de las matemáticas y la filosofía Pitágoras se caracterizó por proponer una forma de mirar el mundo amplia, donde realidad y misticismo se dieran la mano.
En sus ideas se introduce de forma fluida el misticismo y ciertos elementos propios del esoterismo que le llamaba potencialmente la atención. Sus planteamientos inspirarían posteriormente a Platón para plantear algunos de los temas más importantes de la tradición griega que empaparían las bases de la cultura occidental.
De la infancia y la vida de Pitágoras se tienen pocos datos. Es posible que su interés por el misticismo y la fundación de una secta religiosa haya dado herramientas suficientes para fundar en torno al hombre una figura legendaria que trascendería su propia realidad.
Se cree, sin embargo, que pasó su infancia en la Isla de Samos y que durante su adolescencia emprendió un viaje que lo llevaría a Fenicia y Egipto, donde se vería fuertemente atrapado por el conocimiento esotérico.
Pitágoras y la Comunidad Pitagórica
Finalmente llegó a Babilonia donde inició sus estudios de astronomía y geometría, en cuyo aprendizaje fusionó lo bebido del esoterismo.
Sus cualidades sociales le llevaron a convertirse en un cierto referente para un grupo de personas y con ellas fundó una pequeña comunidad que se hacía llamar “comunidad pitagórica”, que se reunía a debatir aspectos del pensamiento y a resolver inquietudes existenciales.
Pero Pitágoras no escribía. Su forma de transmitir el pensamiento fue oral y por eso, al día de hoy no podríamos saber cuáles de las ideas que se le adjudican fueron suyas y cuáles derivaron del razonamiento y el trabajo de sus discípulos.
Esto ha llevado que dentro de la filosofía no se valore tanto este conjunto de ideas y se considere al pitagorismo más como una religión mistérica que como una escuela filosófica.
Los pitagóricos llevaron un ideal de vida que trascendió a su tiempo y que adquirió la relevancia del ideal epicúreo.
La comunidad pitagórica tenía un estilo de vida propio que consistía en llevar una existencia ascética donde el valor de comunidad fuera lo que moviera la rutina de todos sus habitantes.
Además llevaban a cabo pequeños rituales para alcanzar una purificación que les permitiera pasar por esta vida sin cargas. Dicho ritual giraba en torno al saber y a la filosofía; de ahí que muchos defensores del pitagorismo reafirmen el valor filosófico de esta escuela.
Pitágoras es considerado como uno de los fundamentales educadores de la escuela de Atenas. Tan es así que Rafael pintó un cuadro en el que se lo puede ver ejerciendo de profeta en esta ciudad.
Entre sus más importantes herencias cabría señalar el haber revolucionado las matemáticas, convirtiéndolas en un saber más afincado a la realidad, donde libertad y azar juegan un papel importante.