Albert Einstein fue uno de los físicos más famosos de la historia. De origen judío alemán, luego nacionalizado suizo y norteamericano, Albert Einstein fue un genio polémico y también un hombre simple. Premiado con el Nóbel de Física, revolucionó la percepción que la humanidad tenía del universo creando la teoría de la relatividad, del efecto fotoeléctrico y del movimiento browniano.
Albert Einstein nació en la localidad alemana de Ulm (Württemberg), y fue el primogénito hijo de Hermann Einstein y Pauline Koch, ambos de procedencia judía. A pesar de ser judío asistió en su infancia a una escuela católica (con calificaciones no muy altas), al igual que su hermana Maja, que era poco más de dos años menor. Sus padres no eran practicantes de la religión judía, por lo que priorizaron la educación en una escuela mejor y más barata que la judía.
Infancia de Albert Einstein
Cuando aún era un infante los padres se mudaron a Munich, ciudad en la que su padre tuvo un pequeño taller junto a su hermano (Jakob Einstein), con el que fue comerciante de máquinas eléctricas. En esa época, en la que aparecían novedosos aparatos electrotécnicos, ambos hermanos alentaron al niño para que se interesase en las ciencias y la matemática.
La relación con su hermana Maja era muy estrecha, y a través de ella se conoce la infancia de Albert Einstein. Maja escribió un pequeño libro describiendo al hermano en la infancia como un niño retraído, tranquilo, que no disfrutaba del contacto con otros niños.
Los padres consultaron al médico por el lento desarrollo del lenguaje del niño, temiendo que se tratara de un retraso madurativo porque comenzó muy tarde a hablar.
Tiempo más tarde, el mismo Albert Einstein diría que desde los dos años quería evitar las faltas y hacer las cosas bien. Había tomado la decisión siendo joven, de hablar solamente con frases completas por lo que ensayaba en su mente la frase entera moviendo apenas los labios, y recién cuando tenía la frase elaborada la pronunciaba en voz alta.
La curiosidad de Albert Einstein era extraordinaria desde su juventud, orientada tanto hacia la naturaleza como así también hacia la complejidad de los conceptos matemáticos más difíciles. Su capacidad y entendimiento eran tan notables, que a la edad de doce años ya tenía amplio conocimiento de la geometría de Euclides.
Un niño peculiar
Albert Einstein era un niño solitario, taciturno y tímido, que habló recién a la edad de tres años. Parecía aislado del mundo, y prefería caminar pensativo en lugar de jugar con otros niños. No dando señales tempranas de genialidad, tenía dificultades para comunicarse y expresar lo que sentía, repitiendo frases en forma obsesiva hasta los siete años. Leía de manera muy confusa, y era torpe físicamente, características propias del síndrome de Asperger. Sin embargo tuvo muchos amigos y se enamoró varias veces, comportamientos que son atípicos para el autismo.
El síndrome de Asperger
El síndrome de Asperger es un trastorno del desarrollo, y uno de los trastornos del espectro autista. Si bien no produce retraso intelectual (es más, el funcionamiento cognitivo suele ser alto) puede verse manifestado en tres ámbitos de funcionamiento: la comunicación, las interacciones sociales, y el lenguaje con su implicancia en las habilidades de imaginación o ficción.
El autismo es una particular manera de percepción del mundo que afecta la personalidad. Albert Einstein fue lento en el aprendizaje para hablar y tuvo dificultades para comunicarse con su entorno.
Las personas afectadas por el síndrome de Asperger carecen de habilidades sociales y emocionales que le permitan funcionar e interactuar dentro de un grupo, lo que es una barrera para la integración y el éxito profesional-laboral.
Desde Steve Jobs (un genio de la informática) hasta Mozart, el gran compositor, entran en el rango del autismo, en el cual la personalidad se destaca en forma brillante en un aspecto específico, en general en áreas altamente especializadas preferentemente de pensamiento abstracto, pero en los demás suele ser muy deficiente.
Aunque la mayoría de las personas piensan en palabras, los autistas pueden pensar en imágenes, o también en modelos matemáticos. Isaac Newton y Bill Gates también son celebridades que portaron el trastorno de Asperger.
Quienes padecen el síndrome de Asperger pueden alcanzar metas elevadas académicamente, pero las huellas del trastorno marcan sus vidas con peculiares características en lo relacional.
Huellas como la mirada rara, la entonación extraña de la voz, los gestos inadecuados para el tema que se está hablando, conductas obsesivas o rutinarias sin ninguna lógica, la dificultad para integrarse y establecer conversaciones casuales o para expresar adecuadamente el afecto, son sólo algunos de los rasgos que pueden presentarse.
Los comienzos de un genio
Los primeros años de la infancia de Albert Einstein estuvieron colmados de afecto y fueron muy estimulantes para su inteligencia. Cuando cumplió los 4 años, y a causa de una enfermedad que lo mantuvo en cama, su padre le hizo un regalo que lo llevaría a escribir sobre el asunto sesenta años después en sus notas autobiográficas:
La brújula
Uno de los momentos primeros de asombro en su vida fue la observación de la brújula que su padre le regalara. Descubrir la aguja magnética y observar que siempre señalaba en la misma dirección dejó fascinado a Albert Einstein. La misteriosa causa desconocida que volvía siempre a la aguja a la misma dirección, dejó una impresión muy profunda en el niño.
Él necesitaba comprender el por qué de este comportamiento que lo maravilló tanto desde tan tierna edad, percibiendo que había fuerzas extrañas que impulsaban todas las cosas. Dicha atracción se convirtió en el futuro en uno de sus temas de estudio favoritos: el electromagnetismo.
De Munich a Italia, de Italia a Suiza
De Munich (donde vivió hasta los 15 años) la familia Einstein se mudó al poco tiempo, y por cuestiones económicas, a la ciudad italiana de Pavía, localidad muy cercana a Milán. En dicha ciudad vivieron poco más de un año, luego de que tuvieran varios fracasos comerciales.
Mientras tanto, y para terminar el bachillerato, Albert se quedó en Alemania donde obtuvo mediocres calificaciones, excepto en matemáticas.
Albert Einstein abandonó la escuela para reunirse con sus padres, quienes lo enviaron a estudiar a Suiza. En el instituto politécnico de Zurich, que otorgaba la formación de ingeniería, ingresó preparando en forma libre un examen de ingreso y con un año menos de la edad requerida (sólo tenía 17 años).
Luego de fracasar en un examen, en un primer intento que le hubiese permitido recibirse de ingeniero eléctrico, recién consiguió ingresar en una segunda oportunidad (en 1896) para obtener un título docente.
Fue alumno de Hermann Minkowski, matemático que generalizó posteriormente el formalismo cuatridimensional, que introdujo por las teorías que formulara su antiguo alumno.
Albert Einstein se graduó en el año 1900 como maestro escolar de estudios secundarios de las asignaturas física y matemáticas, en la misma universidad politécnica suiza. En 1901 adoptó la ciudadanía de ese país.
Con diploma pero en empleos precarios
En el año 1900 Albert Einstein obtuvo su diploma. Mientras aún estudiaba fundó con sus amigos la “Academia Olympia”, que en realidad designaba en forma solemne un trivial encuentro entre amigos estudiantes para hablar de filosofía.
Si bien pretendió un puesto en la universidad como asistente, no pudo obtener sino empleos precarios. Perdió tres empleos como profesor, ya que sus métodos pedagógicos y didácticos eran considerados heterodoxos, por lo que el camino de la docencia le resultó muy difícil.
En 1902, luego de conseguir la nacionalidad suiza, consiguió emplearse en la administración pública en la Oficina Federal de Propiedad Intelectual de Suiza, en cuyo empleo permaneció hasta cumplir los 30 años.
Dicho empleo le dejaba disponibilidad suficiente para dedicarse al estudio de la física que tanto le apasionaba, y de esa forma compaginaba la función pública con la investigación científica, que era la razón de ser de su vida.
En 1905, luego de dos años de dar clases particulares y de sustituir a profesores, se doctoró en la universidad de Zurich, en la que presentó una tesis sobre las dimensiones de las moléculas.
El violín, su otra pasión
Además de la vocación científica de Albert Einstein, desde niño tuvo otra pasión: el violín, quien fue su fiel compañero de infancia ya que era un niño muy introvertido y solitario. Le gustaba también tocar el piano de su madre, en el que con mucha facilidad componía melodías.
Su educación musical comenzó a la edad de seis años con el violín, pero rápidamente se aburrió de las clases. Sin embargo, nunca abandonó su práctica y tocaba el instrumento con soltura.
Gracias a Pitágoras, Albert Einstein conectó la ciencia con el instrumento musical, ya que éste fue uno de los primeros estudiosos de la acústica y además el creador de cuerdas tensas y puentes deslizables (que son los fundamentos del violín).
Recién en la edad adulta Albert Einstein comenzó a pensar sobre el tiempo y el espacio, debido al retraso que tuvo el desarrollo intelectual en su niñez.
Un buen conocedor de la filosofía
Cuando cumplió los 13 años, Albert Einstein leyó la “Crítica de la Razón Pura”, de Emanuel Kant. Un libro complejo y denso, aún para los estudiantes de filosofía. Sin embargo, no se amedrentó ni amilanó con su lectura sino que dedicó con su amigo Talmud, estudiante de medicina que le había llevado el libro, todos los miércoles por la noche unas horas para discutir sobre la materia.
Durante algunos años Albert Einstein estudió otros autores de filosofía, a la vez que profundizaba en sus lecturas científicas. Toda su vida mantuvo el interés en la filosofía, e inclusive en sus escritos discutía las opiniones de filósofos conocidos.
También fue a través de Talmud que tuvo acceso a otros libros de divulgación científica, como los 21 tomos de la colección llamada “Libros Populares sobre la ciencia natural”, de Aaron Bernstein. De dicha colección el mismo Albert Einstein dijo que había leído con “atención extrema” seis de sus libros.
Un matemático precoz
Antes de que comenzara el ciclo lectivo, un verano de su adolescencia se interesó en un texto de geometría. Trabajó los problemas y alcanzó las soluciones, y se las mostró a su amigo Talmud. No solamente había resuelto todos los problemas antes de finalizar el verano, sino que había ensayado otras pruebas alternativas de los teoremas.
Años más tarde, Albert Einstein reconoció que este libro, al que llamó “libro sagrado de geometría” era la causa probable de que se hubiera convertido en un hombre de ciencia.
Sin embargo, los profesores del liceo no lo consideraban un superdotado sino un alumno más bien reacio a la autoridad. Incluso lo amonestaban por alterar, con su sola presencia, el respeto del resto de la clase hacia el docente.
La Alemania de fines de siglo XIX propugnaba el modelo prusiano de educación que, junto a la militarización de la sociedad, le inspiraron aborrecimiento. A Albert Einstein le repugnaba el aprendizaje de memoria, que atentaba contra la libertad del razonamiento.
Un matrimonio no consentido
Mientras Albert Einstein cursaba sus estudios en el Instituto Politécnico de Zurich en 1896, conoció a Mileva Maric, una joven compañera de estudios de origen serbio, de quien se enamoró. El idilio no obtuvo la aprobación de sus padres, por lo cual recién contrajo matrimonio en 1903, luego de la muerte de su padre.
Sin embargo, Mileva y Albert habían tenido una hija un año antes de casarse, a la que llamaron Liserl. Luego del casamiento, en los años 1904 y 1910, tuvieron otros dos hijos llamados Hans Albert y Eduard, respectivamente.
Albert Einstein se divorcia en 1919 de Mileva Maric y se casa posteriormente con su prima Elsa Lowenthal.
En ese mismo año, se conoce un informe de Eddington que confirma las teorías de Albert Einstein. Acerca de los rayos de luz que son emitidos por las estrellas, Eddington (quien fascinado por los números de numerosas cifras intentó contar todas las palabras de la Biblia) confirmó que mientras se acercan al sol se desvían, observación que realizó en el transcurso de un eclipse solar.
La tesis doctoral de Albert Einstein
Además de la tesis sobre “las dimensiones de las moléculas”, con la que obtuvo su doctorado en la universidad de Zurich, Albert Einstein escribió artículos donde desarrolló teorías de gran valor para la física del siglo XX. En la revista alemana Annalen der Physik, Albert Einstein publicó en el año 1905 su tesis doctoral junto a otros artículos revolucionarios:
- Los efectos fotoeléctricos de la luz
- El movimiento browniano
- La teoría de la relatividad especial
- La equivalencia masa energía
En el primer artículo, sobre los efectos fotoeléctricos, demostraba que la luz se emite en cuantos o paquetes, lo cual es revalidado por la física cuántica.
Respecto del movimiento browniano se refirió en otros dos artículos, movimiento que es el que hace temblar a las partículas que están inmersas en el interior de un fluido, cuando son bombardeadas por moléculas.
Pero el tercer artículo fue la obra más revolucionaria y por la cual aún hoy es recordado Albert Einstein: la teoría de la relatividad. En esta publicación expuso acerca de la electrodinámica de los cuerpos en movimiento, donde se explayó sobre la teoría de la relatividad especial.
Su hipótesis, que sostenía la relevancia de las leyes mecánicas, fue denominada “visión mecánica del mundo”. Mientras que la hipótesis que sostenía que las fundamentales eran las leyes eléctricas, fue llamada “visión electromagnética del mundo”.
Ninguna de las dos hipótesis podían explicar la interacción entre la materia del ser y la radiación, por lo que en 1905 concluyó que la solución estaba en la teoría de las medidas, y no en la teoría de la materia. Ese razonamiento le permitió desarrollar otra teoría que se basaba en dos premisas:
- El principio de la relatividad
- El principio de la invariabilidad de la velocidad de la luz.
A él mismo le costó aceptar su descubrimiento, confesando años después, que cuando la idea germinó dentro suyo comenzó a experimentar todo tipo de conflictos nerviosos. Muchos científicos fueron sus seguidores, como así también muchos otros estaban en contra de sus teorías.
Destacado en la comunidad científica, Albert Einstein ascendió en el mundo académico alemán, y en 1913 lo nombraron director, en Berlín, del Instituto de Física Kaiser Guillermo.
Cuando en 1916 publicó un trabajo por el cual generalizó la teoría de la relatividad a todo sistema de coordenadas, enunció el principio de equivalencia por el cual los campos gravitacionales equivalen a las aceleraciones del sistema de coordenadas.
Apoyado en esta teoría general de la relatividad, tuvo comprensión de la variación del movimiento de rotación de los planetas, como así también pudo predecir la inclinación de la luz de una extrella al aproximarse al sol.
Premio Nóbel de física
A partir de 1919, Albert Einstein fue reconocido internacionalmente por distintas asociaciones científicas, entre ellas la que otorga el tan destacado Premio Nóbel. En 1921, y a instancias del primero de sus artículos publicados “El Efecto Fotoeléctrico”, obtuvo el Premio Nóbel en Física.
Por el artículo acerca del Movimiento browniano le otorgaron el grado de doctor, y en el transcurso del tiempo los dos últimos artículos lo consagraron como el mayor científico internacional del siglo XX.
Expulsado de Alemania por el régimen nazi
Luego de dar clases en la universidad de Berna, también lo hizo en Praga y posteriormente en Berlín. En Berlín vivió hasta que tuvo que abandonar Alemania a causa de la llegada del régimen nazi, que lo obligó a mudarse del país, razón por la cual tuvo que exiliarse en Estados Unidos en 1932.
En Estados Unidos impartió la docencia en Princeton (Nueva Jersey) en el Instituto de Estudios Avanzados, país en el que se nacionalizó. Obtuvo de esa forma la doble nacionalidad suizo estadounidense.
El resto de la vida de Albert Einstein transcurrió tratando de integrar las leyes físicas del electromagnetismo y la gravitación, como así también divulgando valores socialistas, pacifistas y sionistas.
Durante la Primera Guerra Mundial, Albert Einstein expresó públicamente su desacuerdo y condenó la participación de Alemania en la Guerra. No abandonó su actividad pacifista cuando terminó la guerra, lo que generó numerosos ataques de grupos de derecha alemanes, como así también de grupos antisionistas.
Un militante del pacifismo
Albert Einstein tenía ideas democráticas. Era contrario a todo tipo de autoritarismo, por lo que en 1014 escribió un llamado a los ciudadanos europeos para invitar a los intelectuales a accionar en favor de la paz. Su simpatía hacia los movimientos sionistas, luego de la toma de Hitler del poder, lo llevó a recolectar fondos en Estados Unidos para una universidad en Jerusalen.
Como ciudadano estadounidense apoyó la idea de luchar contra el nazismo de su país, y vio con horror la masacre de Hiroshima y Nagasaki. Albert Einstein militó entre las filas del pacifismo y asumió la viligancia de los investigadores de energía atómica como director de un comité y puso el peso de su nombre a disposición de la causa.
Albert Einstein pensaba que el régimen nazista que gobernaba Alemania era un peligro para la humanidad.
Luego de la Guerra Mundial, Alber Einstein se convirtió en el principal activista del desarme internacional como así también de un gobierno mundial que tuviera en su poder la bomba atómica. También siguió contribuyendo al sionismo.
Su libro “Mis ideas y opiniones” expresa sus convicciones en frases como: “Debe respetarse a cada hombre como individuo, pero ninguno de ellos debe convertirse en ídolo”, y en relación al dinero, opinaba que “el dinero invita al abuso, y sólo apela al egoísmo”.
Su misiva en contra de la guerra
En 1939, junto a otros científicos, Albert Einstein escribió a Franklin Roosevelt para que implementase urgente un programa de investigación atómica, es decir de las reacciones en cadena, con el temor de que la Alemania hitleriana hubiese avanzado en la materia. Con la convicción de que la bomba atómica es posible y de que Alemania ya podría tener la tecnología, se fabricó la bomba atómica en forma acelerada.
Cuando en 1945 se confirmó la existencia de la bomba atómica, Albert Einstein vuelve a escribir al presidente estadounidense para convencerlo de no utilizar el arma nuclear.
En 1955 Albert Einstein escribió otra carta dirigida al matemático y filósofo Bertrand Russell, aceptando la redacción final del documento que juntos redactaron, conocido como el Manifiesto Russell-Einstein. En él se advertían los peligros de la carrera armamentista y la existencia real del riesgo de exterminación de la raza humana a causa del polvo y lluvia de nubes radioactivas, por lo que afirmaban que la única “esperanza que tiene la humanidad es evitar la guerra.”
Muerte de Albert Einstein
A pesar de que en 1952 le ofrecen a Albert Einstein la presidencia de Israel, él declina la posibilidad. Poco tiempo después fallece, el 18 de abril de 1955 mientras se encontraba durmiendo en Princeton, Estados Unidos. Sus últimas palabras las pronunció antes de morir en el idioma alemán, pero no fueron comprendidas por la enfermera que lo acompañaba, ya que no conocía el idioma.
soy el unico que opina que debieron colocarle una enfermera alemana (?