El padre de la Taxonomía. Así se le conoce a Carlos Linneo, ya que sus aportes a la clasificación en el entorno de la biología han sido fundamentales para plasmar las bases y el estudio de los seres vivos en el planeta.
Carlos Linneo nació el 23 de mayo de 1707 en un pueblo del sur de Suecia. Su padre era un pastor luterano muy aficionado a la jardinería. De él heredó Carlos su pasión por las plantas y su interés por conocer sus nombres y sus características.
Aunque su familia deseaba que Carlos se entregara al sacerdocio, contradiciendo la voluntad de sus padres, se matriculó en la facultad de medicina. Pero más que acudir a las clases le interesaban las plantas. La mayor parte del tiempo se dedicaba a recoger plantas y clasificarlas en cuadernitos.
No era sin embargo una actividad incomprendida. En aquella época una parte importante del entrenamiento médico contemplaba el estudio de la botánica y la vida de las plantas, para buscar aplicaciones en el terreno de la medicina.
Linneo realizó numerosos viajes y expediciones para estudiar la vegetación de diferentes lugares. Al cabo de una década, en el año 1735, público su primer tratado sobre la vida de los seres vivos, que incluía una exhaustiva clasificación en familias y clases.
En poco tiempo Linneo alcanzó una gran popularidad, y muchos de sus colegas se interesaron por su trabajo. Tanto es así que mantuvo correspondencia con los botánicos más prestigiosos del momento. Este intercambio fue fundamental para afianzar sus teorías.
Cuando se graduó en medicina regresó a Suecia donde se especializó en el tratamiento de la Sífilis. Su conocimiento del mundo vegetal le permitió ayudar eficazmente a muchas personas que padecían esta dolencia tratándolas con la medicina adecuada, encontrada y seleccionada por él mismo.
Aporte de Carlos Linneo a la botánica
Se le reconoce por haber restaurado en 1738 el jardín botánico de Uppsala, donde sembró una serie de plantas exóticas, todas ellas respondiendo a su sistema de clasificación. Asimismo, en esta ciudad dio clases en la universidad y sirvió de inspiración a toda una corriente de futuros botánicos, que tomaron de él la pasión por la clasificación de la biología.
El aporte fundamental de Linneo a la botánica fue el descubrimiento del sistema de clasificación conocido como Systema Naturae, que permitió distinguir a las plantas según sus patrones taxonómicos y establecer concordancias entre las diferentes especies y clases.
Entre sus proyectos de vida se hallaba conseguir que la economía de Suecia fuera autosustentable.
Propuso para ello la siembra de plantas de otros lugares para tenerlas en cultivo propio y no necesitar del comercio internacional. No obstante, muchas plantas, como el cacao, el café, y las bananas se resistieron al frío sueño.
Su pasión por las plantas y su profunda admiración por la naturaleza le llevaron a renegar de la teología cristiana y apoyarse en una forma de creencia más antigua, la teología natural, que apostaba por la valoración de la naturaleza y de sus leyes como patrones divinos.
Linneo falleció el 10 de enero de 1778 en Upsala, donde entonces residía. Su nombre ha quedado impregnado en nuestra cultura; tanto es así que un cráter lunar (Linné) y un asteroide (Linnaeus) llevan nombres que remiten al del científico Linneo.