María Antonieta fue un personaje fundamental del escenario político del siglo XVIII en Europa. Contaba con los títulos de archiduquesa de Austria, reina consorte de Francia y de Navarra y se la recuerda no sólo por un reinado discutible que llevó a una caída en picado de la economía del país, sino también por su vida contraria a los principios morales de aquel entonces.
Nació en Viena, el 2 de noviembre de 1755. Fue la penúltima hija de Francisco I (Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico) y su esposa María Teresa I (reina de Hungría). Después de una infancia y adolescencia envidiables fue desposada por el Rey de Francia y comenzó a ejercer como reina consorte.