Jehová

Jehová es el nombre que el cristianismo y el judaísmo le dan a Dios, su referente supremo. Sin embargo, dependiendo de la lectura que se haga la escritura puede variar.

A Jehová se le atribuye no sólo la creación del Universo sino también a la que se considera encargada de la supervisión y control de lo que en él ocurre.

Se cree que la primera vez que se escribió el nombre de Jehová fue en 1100 d.C. Si nos remitimos a las explicaciones que da la religión cristiana al nombre de Jehová es que se trata del Creador de todas las cosas, el Dios que gobierna toda la Tierra.

A lo largo de las escrituras descubrimos que muchos profetas importantísimos de la historia le adoraron; desde Moisés y Abraham, hasta el mismísimo Jesús. En la Biblia cristiana hay numerosos extractos que se refieren a esta deidad.

El nombre proviene de una expresión hebrea cuyo significa podría ser “llegar a ser”, y en algunos pasajes de la Biblia leemos que el significado que la religión cristiana le da es “Él hace que llegue a Ser” y cuya particularidad es que cumple todo aquello que se propone.

Existen muchas formas de denominar a esta deidad. Algunas de las más conocidas son Yavé, Yahweh, Jehová, Iehová o Jah. Es importante señalar que todas ellas hacen referencia a la misma entidad y aunque han adquirido diversas formas a lo largo de la historia, se cree que no debería hacerse distinción entre ellas.

Atributos de Jehová

Jehová representa para los fieles de estas religiones una especie de guía para alcanzar la vida eterna, es decir, ponen en él su esperanza a fin de llevar una vida acorde a los preceptos en los que creen para que al llegar el fin de sus días puedan asegurarse un lugar en lo que mencionan como paraíso, que viene a ser, la vida eterna.

El nombre de Jehová se encuentra vinculado a una criatura que actúa con misericordia y amor, y sirve de consuelo a los fieles en los momentos más difíciles.

Tan grande es su amor por el ser humano que fue capaz de enviar a su propio hijo para salvarnos; eso creen los católicos.

Para los judíos el amor de Jehová se mide en acontecimientos más antiguos; cuando guió al pueblo a través del Mar Rojo, huyendo de la esclavitud en Egipto. Asimismo se tienen en cuenta numerosas ocasiones en las que, siendo puestos a prueba los judíos no se sintieron solos, o, dicho de otra forma, sintieron que Jehová, su Dios, les protegía. Estas experiencias se transmiten de generación en generación y han contribuido con la formación de una de las religiones con más historia y riqueza cultural.

Algunos de los atributos que se vinculan a la imagen de Jehová son la omnipotencia, omnipresencia, omnisciencia, lo cual significa a grandes rasgos que su poder es inagotable, que puede estar en diferentes lugares al mismo tiempo, que puede saberlo todo y su existencia es eterna (no tiene principio y no tendrá fin).

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